De Corro en Corro
Recuperando juegos tradicionales, saberes y vivencias populares
Desde la infancia aprendemos a socializar jugando. Hablar, ponernos de acuerdo con las reglas y hacer equipos para jugar nos ayuda a ser más colaborativos y aprender del otro.
El juego es un entrenamiento para la vida, donde, además de disfrutar del propio juego, practicamos habilidades como la comunicación, la resolución de problemas y la empatía.
El juego como espacio de socialización
Todo el Mundo Puede Jugar
A través del juego somos capaces de generar espacios donde personas de todas las edades y procedencias, puedan compartir, aprender y divertirse.
Los juegos tradicionales, por su cotidianeidad y uso prolongado, permiten que generaciones distintas conecten y entiendan la realidad desde una misma óptica. En estos encuentros, surgen conversaciones y recuerdos que cruzan generaciones, conectando vivencias que hacen que todos nos sintamos un poquito más cerca.
Cuerdas, sacos, chapas o palos fueron elementos lúdicos durante años. La imaginación unida a las ganas de jugar hizo de estos un juego con el que muchos hemos disfrutado.
De Corro en Corro quiere recuperar estos elementos por su carácter ecológico, sostenible y de larga duración.
Creamos nuestro propio ocio
Desde Corro en Corro recuperamos los juegos tradicionales para cuidar
nuestro patrimonio inmaterial y dar valor a los saberes populares.